martes, 3 de abril de 2012

Reportaje: ¿Qué es la hipnosis?

(Incluye entrevista y terapias de Rafael Illanes)

El siguiente reportaje , realizado por el Dpto. de Prensa de Mega, da una idea bastante clara de qué es la hipnosis y cómo funciona.  Entre otras cosas desmitifica algunas ideas relacionadas con la posible pérdida de voluntad o sometimiento.  Muy por el contrario, la hipnosis, bien conducida, puede ser una excelente herramienta para tratar depresión, fobias, adicciones, compulsiones, inseguridad, etc.  En este reportaje se exhibe, entre otras cosas, una entrevista y dos sesiones de hipnosis con personas  distintas.




http://www.meganoticias.cl/noticiario/reportajes/sanados-por-la-hipnosis.html

viernes, 4 de junio de 2010

Hipnosis y Regresiones




¿Qué es la hipnosis y para qué sirve? Es un estado natural de la mente, de disociación, que bien dirigido puede ser muy útil para abordar  depresiones, estrés, ansiedad, tabaquismo e incluso dolores físicos, entre otras cosas. A diferencia de lo que suelen mostrar los medios no se somete la voluntad de la persona. Se trata de establecer un puente entre consciente e inconsciente para unir, crecer y sanar.

¿Qué son las regresiones? Proceso que permite a la persona recordar sucesos importantes del pasado (y en algunos casos, para los que creen, de vidas pasadas) para sanar conflictos internos, dolores del alma y también dolores físicos. Se recomienda a quien opta por este camino que esté muy convencido. Estas experiencias se deben trabajar con mucha delicadeza y cuidado. Pueden ser emocionalmente fuertes pero a la vez sanadoras.


Las consultas son bienvenidas




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lunes, 10 de mayo de 2010

Regresiones:Volviendo muy...muy atrás


El tema fue todo un boom con las publicaciones del conocido psiquiatra norteamericano Brian Weiss. Un escéptico científico que inicialmente , "por casualidad", accedió a un mundo nuevo cuando en una sesión de hipnosis llevó a una paciente de nombre Catherine hasta el origen de sus problemas. Claro que cuando la guió hasta ese punto de partida ni remotamente se imaginó que iba a ir hasta tan atrás. Su mérito, diría yo, fue occidentalizar el tema porque para las culturas orientales, principalmente, la existencia de las vidas pasadas ni siquiera se pone en tela de juicio. Sencillamente es parte de la naturaleza humana. Y punto.
Por lo demás otros autores ya lo habían analizado antes pero sin tanta repercusión.
Para mi esto ha sido todo un proceso. Educado bajo los preceptos del catolicismo, hasta hace algunos años, jamás se me hubiera pasado por la cabeza siquiera pensar en la posibilidad de la reencarnación. Sin embargo, la contundencia de ciertos hechos me dejó atónito en un principio y claramente los paradigmas que me guían ahora son otros.
Fue en un hipnolab, que hice con mi amigo Paul Anwandter y otros camaradas (del mundo de la hipnosis) que comencé a explorar. Realizamos sesiones a más de 30 personas. Una de las variables que medimos fue en qué medida el sistema de creencias de cada una podía influir en la experiencia del proceso. Y para nuestra sorpresa no hubo correlación. Vale decir gente con profundas convicciones cristianas accedió a supuestas vidas pasadas y viceversa.
Desde ahí seguí adelante acompañando a más personas, cautivado por el profundo efecto sanador que provocaba en cada una de ellas. Y no sólo eso. También al darme cuenta de cómo algunas accedían a otros planos y eran capaces de ver y entender la vida con los ojos del alma.
Las regresiones no son un simple paseo. No las recomiendo por curiosidad. De hecho se suelen vivenciar experiencias de dolor. El efecto terapeútico se logra agotando precisamente esas emociones, lo que requiere un manejo muy cuidadoso de quien acompaña. También resignificando y contextualizando los aprendizajes de los hechos del pasado.
Hay quienes legítimamente sostienen que las regresiones no son tales y que en rigor son sólo meras metáforas de la mente. En algunos casos efectivamente pudiera ser así. También hay quienes piensan que en las regresiones no hay hipnosis, sino que se establecen conexiones de otro tipo. Más allá de las distintas posiciones -respetables por cierto- me quedo con la idea central. Bien llevadas pueden ser un importante vehículo no sólo para sanar la mente; también el alma.

miércoles, 31 de marzo de 2010

¿Qué es la hipnosis y por qué confiar?


No hay razones para temer. Sí muchas por las que confiar cuando se trata de alguien calificado. Lamentablemente el común de la gente tiene aprensiones respecto a la hipnosis, sobre todo por lo que se ve en los espectáculos. Que se pierde el control, la voluntad, que se puede hacer el ridículo o incluso que existe el peligro de inmolarse.
Nada de eso ¡Por favor! La hipnosis es ya parte de la vida cotidiana de las personas. En definitiva -como dice mi amigo y maestro Paul Anwandter- es un estado disociado de consciencia que forma parte de la fisiología habitual del sistema nervioso. Y punto. Está en nuestras vidas. Sólo que no nos damos cuenta de ello.
¡Todos tenemos trances! Estados en que nuestra mente se focaliza y que son acompañados de ciertas evidencias físicas (dilatación de pupilas, mirada vaga o fija, cambio en la coloración de la piel,etc.). ¿A quién no le ha ocurrido que pese a estar en un lugar de repente se encuentra con la mente en otro? ¿O quién no ha actuado con automatismos yendo a un lugar en circunstancias que pretendía ir a otro? Soñar despierto es algo muy común. O si se le pregunta a alguien ¿Qué haría si se ganara el Loto , la Polla o el Kino? Y el viaje de la mente resulta muy tentador.
Así de simple. Y cuando se trata de sesiones esos viajes se hacen guiados ya sea con fines terapéuticos o para mejorar el desempeño personal pensando en un evento futuro.
Para mi la hipnosis tiene otra connotación: Es tender un puente, una conexión entre el consciente y el subconsciente o, si se prefiere, entre la mente lógica y esa o esas partes que desde lo más profundo se expresan a través de las emociones. Muchas veces toman direcciones distintas. La parte racional suele decir "no le voy a hacer caso a este dolor , ya lo voy a superar" Pero finalmente es aquella otra parte la que decide, la que se hace escuchar de cualquier forma cuando no le prestan atención. Es un hecho, se trata de una de las leyes de la mente.
No hay caso, no podemos vivir desbalanceados y tratando de ignorar a aquella parte que es mucho más poderosa y que, incluso, al no sentirse atendida provoca enfermedades.
¿Por qué, entonces, en vez de ignorarla no mostrarle la luz, dejarla respirar y tender una mano para vivir una vida equilibrada? ¿Por qué negarse a si mismo, por qué no hacer del todo algo más que la suma de las partes? ¿Por qué no permitirse crecer? La invitación está extendida.


jueves, 4 de marzo de 2010

Un terremoto en el alma


No sólo quedaron escombros ; también se abrieron las grietas de esa consciencia colectiva que desde antes parecía endeble. En muchos quedó instalada la incertidumbre y , en consecuencia, la indecisión respecto a qué rumbo tomar. Peor aun, otros tantos quedaron paralizados por el miedo sin siquiera darse la posibilidad de pensar en dejar el atolladero. No sólo entonces se necesita voluntad. También señales.
Al estar entre las ruinas una pequeña luz da esperanza; una voz que viene del otro lado compañía. Se hace necesario entonces atreverse a gritar, implorar por ayuda y confirmar que se vive. El rescatista precisa de aquellas señales también para actuar y abrirse camino entre los muros caídos.
¡Cuántas veces el país parece haber sucumbido y en cuántas también se ha levantado!
Una mano caída necesita de la otra para levantarse. Así no sólo se ponen de pie aquellos que parecen abatidos, sino que se establecen puentes para unir el cuerpo social. Confío en que se puede. Y así como se alimenta el alma del que sufre, se nutre también el espíritu de una nación que tal cual como Lázaro es capaz de levantarse y caminar.

viernes, 19 de febrero de 2010

Mi "encuentro" con la hipnosis





El encuentro no fue casual. Llegó tras una larga búsqueda motivado por una fascinación adolescente: la de obrar milagros. Luego cayeron en mis manos algunos libros. Pero algo no calzaba. Eran meros manuales, acaso vagas recetas de cocina que hablaban de pasos, textos que parecían pócimas y. que debían repetirse en todas las personas independiente de sus circunstancias.¡No! Algo faltaba, no podía ser así.Una voz interna me susurraba. Curioso ¿No? Mi inconsciente hablándome de hipnosis sin que yo entonces lo relacionara.
Vino luego la decepción, el desinterés y lo que parecía un período de oscurantismo. Ahora creo que no fue así. En el ejercicio de la profesión de periodista me encontré con el dolor humano, con una realidad a la que necesitaba poner atención. Y tal vez saturado por lo mismo busqué salidas. Quería arrancar de ese mundo que me parecía tan abrumador. Pero desde allí finalmente no escapé. Aprendí y sigo aprendiendo.
Si fue en el momento justo o no, no lo se. Ya no importa. Lo cierto es que encontré la hipnosis real cuando supe de Milton Erickson. ¡Finalmente alguien ponía el acento en un hecho trascendental: lo importante es la persona y no la técnica!
Ahí todo cobró sentido. Atrás quedaron las supuestas recetas mágicas de "haga esto o lo otro". Me quedó claro que cada persona trae consigo un mundo distinto y que, en definitiva, cada sesión es más que eso. Se trata de un encuentro genuino y abierto. Y como tal no hay control, sumisión ni verticalidad. Hay entrega, amor y fluidez. Ahí está el milagro. Sólo así es posible lograr que la persona tenga lo que necesita: el encuentro consigo misma.