lunes, 10 de mayo de 2010

Regresiones:Volviendo muy...muy atrás


El tema fue todo un boom con las publicaciones del conocido psiquiatra norteamericano Brian Weiss. Un escéptico científico que inicialmente , "por casualidad", accedió a un mundo nuevo cuando en una sesión de hipnosis llevó a una paciente de nombre Catherine hasta el origen de sus problemas. Claro que cuando la guió hasta ese punto de partida ni remotamente se imaginó que iba a ir hasta tan atrás. Su mérito, diría yo, fue occidentalizar el tema porque para las culturas orientales, principalmente, la existencia de las vidas pasadas ni siquiera se pone en tela de juicio. Sencillamente es parte de la naturaleza humana. Y punto.
Por lo demás otros autores ya lo habían analizado antes pero sin tanta repercusión.
Para mi esto ha sido todo un proceso. Educado bajo los preceptos del catolicismo, hasta hace algunos años, jamás se me hubiera pasado por la cabeza siquiera pensar en la posibilidad de la reencarnación. Sin embargo, la contundencia de ciertos hechos me dejó atónito en un principio y claramente los paradigmas que me guían ahora son otros.
Fue en un hipnolab, que hice con mi amigo Paul Anwandter y otros camaradas (del mundo de la hipnosis) que comencé a explorar. Realizamos sesiones a más de 30 personas. Una de las variables que medimos fue en qué medida el sistema de creencias de cada una podía influir en la experiencia del proceso. Y para nuestra sorpresa no hubo correlación. Vale decir gente con profundas convicciones cristianas accedió a supuestas vidas pasadas y viceversa.
Desde ahí seguí adelante acompañando a más personas, cautivado por el profundo efecto sanador que provocaba en cada una de ellas. Y no sólo eso. También al darme cuenta de cómo algunas accedían a otros planos y eran capaces de ver y entender la vida con los ojos del alma.
Las regresiones no son un simple paseo. No las recomiendo por curiosidad. De hecho se suelen vivenciar experiencias de dolor. El efecto terapeútico se logra agotando precisamente esas emociones, lo que requiere un manejo muy cuidadoso de quien acompaña. También resignificando y contextualizando los aprendizajes de los hechos del pasado.
Hay quienes legítimamente sostienen que las regresiones no son tales y que en rigor son sólo meras metáforas de la mente. En algunos casos efectivamente pudiera ser así. También hay quienes piensan que en las regresiones no hay hipnosis, sino que se establecen conexiones de otro tipo. Más allá de las distintas posiciones -respetables por cierto- me quedo con la idea central. Bien llevadas pueden ser un importante vehículo no sólo para sanar la mente; también el alma.